Eugene Ramirez | marzo 2020
Se proyecta que el valor de la impresión 3D en la industria de la salud de América Latina crecerá. Un informe de 2019 de Ken Research sugiere que alcanzará los $ 1.97B para 2023. El estudio atribuye esto en parte al desarrollo de infraestructura en la región, con jugadores clave que mejoran los materiales y la tecnología utilizados para desarrollar dispositivos médicos impresos en 3D.
La industria tiene varios componentes. Algunos se centran en la tecnología (fusión de rayos láser, fotopolimerización, etc.), otros en materiales (plástico, metal, cerámica), y luego aquellos que fabrican los diferentes tipos de productos impresos en 3D. Entre ellos, dispositivos para cardiología, radiología y ortopedia, por nombrar algunos.
Es precisamente la amplia gama de aplicaciones de esta tecnología dentro del campo médico lo que está alimentando su
crecimiento. Un informe de Market Data Forecast indica que la impresión 3D simplificará la planificación preoperatoria y conducirá a mejores cirugías y resultados para los pacientes.
Sin embargo, hay algunos desafíos. El alto costo de las impresoras 3D es uno de los mayores obstáculos, junto con los desafíos de reembolso. Más allá de eso, la regulación y la falta de habilidades técnicas en algunos mercados emergentes imponen algunos límites a un auge mundial. Aún así, algunas aplicaciones están viendo su gran parte de dispositivos impresos en 3D, particularmente el segmento de dispositivos portátiles externos.
A pesar de las oportunidades de crecimiento en América Latina, se proyecta que América del Norte mantenga su dominio en el campo de la impresión 3D con un aumento en la investigación y el desarrollo, y mayores asociaciones entre organizaciones académicas y comerciales.