Adam Davidson, Analista de Investigación II, Tecnología Sanitaria, Omdia | 12 de abril de 2020
El nuevo coronavirus (COVID-19) es ahora una pandemia mundial y los casos y muertes confirmados están aumentando drásticamente. Más allá de su costo humano, COVID-19 está teniendo un impacto económico considerable. Muchas naciones han cerrado todos los negocios no esenciales, lo que ha devastado la economía global. Los gobiernos nacionales ahora están proporcionando paquetes de estímulo, que están inyectando dinero en mercados específicos para abordar la gravedad de COVID-19 y sus implicaciones.
COVID-19 ha tocado casi todas las industrias de una forma u otra, pero el mercado de la atención médica ha experimentado uno de los impactos más directos. Para muchos mercados de equipos médicos, el impacto de la pandemia es en gran medida predecible: los sistemas esenciales para diagnosticar, monitorear y tratar COVID-19, como ventiladores, soluciones de monitoreo de pacientes y rayos X digitales, están experimentando una demanda excepcionalmente alta y reciben los fondos necesarios poco presupuesto restante para sistemas no esenciales como resonancia magnética y soluciones de intervención.
Sin embargo, las perspectivas de las modalidades de imágenes médicas, como el ultrasonido, que se encuentran en algún punto entre el equipo esencial y el no esencial no son tan simples como las anteriores.